Este blog nace para contar la historia de los pueblos de la comarca de Torrijos a través de imágenes y microrelatos.

viernes, 7 de marzo de 2014

ESCALONA. II REPÚBLICA. BAR ALBERCHE




Bar Alberche en la actualidad, marzo de 2017. Aquí sucedieron los hechos que narramos, hace 81 años.


El mayor hacendado de Escalona, Longinos Montero, ingresó en la prisión de Toledo a raiz de los sucesos del 8 de marzo de 1936.


CUATRO MANIFESTANTES MURIERON EN ESCALONA POR TIROS DE LA GUARDIA CIVIL.



       El día 8 de marzo de 1936, en una manifestación campesina, cuatro jornaleros del campo fueron abatidos a tiros por la Guardia Civil en un lugar próximo a la plaza de la villa, junto al “Bar Alberche”, propiedad del derechista Demetrio Rodríguez Esteban. Este establecimiento, 78 años después, aún conserva su nombre y misma ubicación en la plaza de Escalona. (1)
       Los hechos tuvieron tanta relevancia que el diputado Calvo Sotelo expuso su versión de los mismos en el Congreso de los Diputados: presentó las muertes  como un caso de legítima defensa. El parlamentario pretendía amplificar, y en muchos casos tergiversar, como en caso de Escalona, los desórdenes públicos que estaba viviendo España tras la victoria del Frente Popular para provocar una intervención militar. (2)
       El juez de instrucción  ordenó el ingreso en la prisión de Toledo al citado propietario del bar, junto a otros tres destacados conservadores locales, Longinos Montero, Bibiano Diaz y Cipriano Gallego, todos afines al grupo de su líder: el diputado Felipe Sánchez Cabezudo. Los cuatro acusados permanecieron en prisión tres meses más, hasta junio.  También fue encarcelado por los mismos hechos el izquierdista Zoilo Díaz Valdepeñas, que arrebató una pistola caída en el suelo y disparó contra Cipriano Gallego. Por su parte, el cabo de la Guardia Civil apodado “El Corneta”, fue trasladado del acuartelamiento de la localidad al de otro lugar para evitar represalias del vecindario.
       Este proceso judicial se inició, en aquel mes de marzo del 36, a instancia de una denuncia que el vecino Felipe Sáez Carrasco, “Sapo Triste”, interpuso contra  los patronos ya citados. Según el denunciante, la manifestación del 8 de marzo de 1936 pasaba por delante de dicha taberna cuando los asistentes a la misma vieron a Demetrio Rodríguez, dueño del establecimiento, apuntando con un arma. “Cundió el pánico entre la masa campesina y el citado bar fue apedreado por los obreros”, acusaba el denunciante. Después, en el tumulto, se oyeron disparos de la Guardia Civil con el resultado de víctimas ya citado. 
       Tras leer multitud de declaraciones judiciales y entrevistar al único testigo que ha sobrevivido  para contarlo, existen dos versiones opuestas de los hechos. Una fue la ofrecida por el citado denunciante, que es coincidente con el testimonio del nonagenario Eusebio Jiménez Martín, así como con el proceso penal instruido antes de estallar la guerra; es decir, que fue una provocación de los detenidos derechistas.(3) La otra interpretación es que lo manifestantes incitaron arrojando piedras contra la fachada del “Bar Alberche” y la Guardia Civil tuvo que defenderse causando cuatro muertos. Continuará…

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(1) Archivo General e Histórico de Defensa.Consejo de Guerra seguido contra Zoilo Díaz Valdepeñas y otros. Los cuatro obreros muertos fueron: Gabriel Recio Bullido, Melchor Jiménez Palomo, Virgilio Blanco Ruiz y Filiberto Rodríguez Caro, tres de ellos vecinos de Quismondo.
 (2) El político Calvo Sotelo tenía mucha vinculación con Escalona ya que el dueño de la finca Villarta, Luís de Grondona, era primo carnal suyo.
(3) Según el testimonio del vecino de Aldea en Cabo, Eusebio Jiménez Martín(1916-2008), aquellos sucesos ocurrieron así: “Estaba convocada, desde hacía días, una  manifestación de los jornaleros del campo. Previamente, todos los que acudimos a la huelga sabíamos que el grupo de Felipe Sánchez Cabezudo y Longinos, que fue “mi amo” durante mucho tiempo, se escondieron armados en el domicilio de aquel esperando ver como se sucedían los acontecimientos. Pero no hubo lugar a que estos actuaran. Antes de llegar a la casa de los patronos empezó el conflicto y murieron cuatro obreros por tiros de la Benemérita. Después, el alcalde socialista, Domingo “El Canto”, para evitar males mayores  aconsejó a los manifestantes que no pasaran por la calle que conducía a dicho domicilio y así evitar más derramamiento de sangre, ya que los patronos estaban armados. Por supuesto que ninguno de los manifestante íbamos armados, ¿Cómo íbamos a comprar pistolas si no teníamos dinero ni para comer?”. Por supuesto que fue una provocación por parte de los derechistas hacia los manifestantes.




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