Este blog nace para contar la historia de los pueblos de la comarca de Torrijos a través de imágenes y microrelatos.

viernes, 7 de febrero de 2014

BURUJÓN EN LA II REPÚBLICA.









PROCLAMACIÓN DE LA SEGUNDA REPÚBLICA EN BURUJÓN.




       Celebradas elecciones municipales el domingo 12 de abril de 1931, se produjo la victoria inesperada de las candidaturas republicanas. La misma voluntad electoral expresó el pueblo de Burujón al alzar hasta la alcaldía a Pablo Rivera González, que después se afiliaría  al partido de Acción Republicana de Manuel Azaña. Era una persona de talante conservador y  profundas creencias religiosas. Como ocurriera en tantos pueblos de España, al calor del poder se arrimaron muchos hombres tradicionales, antiguos dinásticos, que se vieron obligados a adecuarse al nuevo régimen.
       El último alcalde monárquico de la localidad, Ernesto Hernández Corcuera, cedió su bastón de mando al citado nuevo mandatario republicano, Pablo Rivera, sin sobresaltos dignos de mención, porque todos reconocían que era la persona más idónea para ostentar dicho cargo. Y así lo demostró, al contar con la voluntad popular, en los comicios del día 12 de abril (artículo 29 de la Ley Electoral) y en los siguientes del 31 de mayo del mismo año. Sin embargo, el obstruccionismo posterior de los viejos dinásticos destituidos fue muy criticada por la prensa provincial. El periódico La Vanguardia, órgano del Partido Republicano Radical Socialista, recogía estas disputas a través un artículo que titulaba: “En Burujón al cacique hay de darle espolique”. Decía así:

       En el pueblo de Burujón, los nefastos caciques no se resignan a permanecer aislados como los apestados, no cesan de ejercer coacciones para que la clase trabajadora cause baja del Partido Republicano. Para ello, la cuadrilla caciquil integrada por los monárquicos Ernesto Hernández, Francisco de Torres Hernández, Gregorio Lázaro y Pedro Hernández, no omiten añagaza ninguna para conseguir su finalidad. Si estos cacicones de lienzo moreno no deponen su actitud, el alcalde Pablo Rivera les debe denunciar por coacciones ante el Juez de Torrijos.


        El periodista que redactó esta información quiso divulgar, con un epígrafe llamativo, los enfrentamientos existentes entre Francisco de Torres Hernández y el teniente alcalde, Tomás Rodríguez Molina. Sus rencillas personales, motivadas por la titularidad de un pozo y después ampliadas a otras cuestiones políticas, habían trascendido a la vida pública. Se iniciaron en la Dictadura de Primo de Rivera, siendo alcalde Teófilo Jimeno Briones, y se agravaron con el nuevo régimen republicano.
    Maria Ángeles Fernández Rivera, maestra nacional jubilada, a sus 95 años, aún  recuerda haber leído en su juventud el cruce de acusaciones publicadas en prensa entre los propios miembros de la corporación y la causa últimas de las mismas.(1)
      Como en tantos lugares de España, en Burujón los caciques monárquicos encajaron mal la derrota, aunque algunos de ellos se “colaron” en la nueva corporación republicana, formada en su mayoría por hombres de ideología conservadora: José Hernández Corcuera, Dionisio Lobato del Castillo o Francisco de Torres Hernández. Todos ellos serían nombrados alcaldes franquistas en distintos momentos de la posguerra.


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(1) Entrevista realizada a la nonagenaria  María Ángeles Fernández Rivera el 10 de mayo de 2009.

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